Profundizo sobre el argumento de esta Comunidad Autónoma, porque soy originario de Zaragoza y parte de mi familia materna vivió en primera persona este suceso histórico.
La Guerra Civil española afectó mucho la vida de los españoles del siglo XX, y también la actual.
En Aragón la guerra se vivió con mucha intensidad respeto a otros lugares de España, a causa de su posición estratégica en el mapa: la región, en esa época y actualmente Comunidad Autónoma limita al este con Cataluña, cuya capital Barcelona es la segunda ciudad de España más importante; a Oeste limita con Navarra, Castilla y León y La Rioja (en la época parte de Castilla la Vieja); por el Norte limita con Francia, principal vía de escape al final de guerra por parte de la población; al sur con Castilla la Mancha y Madrid (una vez llamada Castilla la Nueva) y Comunidad Valenciana (al tiempo Valencia).
El conflicto empezó el 18 de julio de 1936 y Aragón estaba dividida en dos fracciones: a Oeste el bando sublevado y una mínima parte del territorio y al este el bando republicano.
La primera gran acción bélica en la región fue el famoso bombardeo republicano de la Basílica del Pilar, en Zaragoza, donde un avión descargó tres bombas hacia la catedral, y gracias a un “milagro” ninguno de los tres explosivos estallaron, causando solo daños muy leves.
Entre el 1936 y 1937 los republicanos avanzaron debido a la victoria de Belchite, que acabó en tragedia. De hecho el pueblo entero fue arrasado a causa del duro enfrentamiento, y los cadáveres de los civiles fueron metidos en tanques de vino situados en la bodega del pueblo. Al final de la guerra fue reconstruido el nuevo pueblo, en parte al lugar destruido y aún hoy se puede pasear entre las ruinas.
También en el pueblo de mis abuelos, habían destrozado la iglesia, en su interior estaba el retablo, el cual tenía mucho valor. En la actualidad se encuentra la iglesia reconstruida y restaurada.
Habían muchos fusilamientos a civiles de ambos bandos y un episodio en un pueblo, muestra que unos soldados mojaron a un prisionero de gasolina, lo fusilaron, y lo colgaron en un puente.
Habían numerosos eventos tristes contados por testigos, por ejemplo, la historia de dos hermanos que lucharon en la guerra, uno en el bando sublevado y otro en el republicano. El primero intentó sin éxito salvar a su familiar del fusilamiento, que fue capturado por sus compañeros. Mientras, un amigo de mi abuelo luchó y vio morir a uno de los muchísimos voluntarios italianos, donde decenas y decenas de ellos descansan en el Sacrario del parque Pignatelli de Zaragoza.
Basándome también en leyendas, se dice que dentro de una estatua de un pueblo de Zaragoza, se escondió algo de dinero; pero es común que a día de hoy hay muchos objetos de valor y documentos, también personales, que se hayan destruidos, perdidos o escondidos.
Desde 1937 hasta el final de la guerra, los sublevados reconquistaron los pueblos aragoneses uno a uno y sin embargo duros duelos como los de Teruel y Fuendetodos, (en este último las trincheras de la Sierra Gorda) hoy se pueden visitar.
Después de estos enfrentamientos, se pasó a la decisiva batalla del Ebro, con la victoria de los nacionalistas, donde permitió a estos últimos dirigirse hacia Cataluña y la actual Comunidad Valenciana, últimos territorios controlados por los republicanos.
Alberto Grassi, 1 A Scientifico